domingo, abril 30, 2006

Nineteen in an ongoing life

Hoy cumplo mi décimo noveno año de vida. Así es, hace diecinueve años, un día como hoy, el cual dicen los anales fue bastante caluroso, conseguí escapar de la matriz materna con el cordón umbilical de bufanda y unos azotes en el culo como bienvenida.

Ahora que echo de menos el líquido amniótico entiendo el significado de esos azotes que nos da un señor de blanco desconocido nada más desconectarnos de Matrix. ¿Membranas en la garganta que no nos dejan respirar? ¡Los huevos! Esos azotes son la primera lección de humildad. "Chavalote, esto va a ser tu vida, te van a dar por todos lados y muchas veces en el culete, te va a doler y no vas a saber ni de dónde te vienen pero así es la vida".

Si algo me gusta de mi cumpleaños, a parte de la consecuente celebración apadrinada por Baco y de los cada vez más escasos regalos, es esa ñoñería de sentirse especial. Sí, vale, quizás sea un puto maricón con sentimientos, pero me encanta que me feliciten y que, por un día, la gente se acuerde de mí.

También, como todos sabemos, las felicitaciones en los cumpleaños muchas veces hacen las veces de amistadmómetro en el que vemos quien realmente se acuerda de esa fecha especial, sin embargo, yo soy el típico cabeza volátil que no recuerda nombres y fechas por lo que no suelo tener muy en cuenta que no se acuerden de mi cumpleaños. Lo que realmente me emociona no es ver mi móvil sonando a las 00.01, lo que realmente me emociona es lo que oiga a través del auricular, lea en la pantalita, el abrazo al verme, el beso al encontrarme.

Una felicitación que espero que sea acorde al resto del año, más que una felicitación efusiva, recargada y sobrada en cumplidos. No espero que esa persona a la que digo "hola y adiós" me felicite más allá del "quedar bien", es más, me aterraría ver como un conocido se excede de lo formalmente correcto. "Maaaalo" - pensaría - "este quiere algo de mí, quita bicho"

Sin más dilación agradeceros a todos aquellos que me habéis acompañado este último año, en especial a aquellos pocos que se que seguirán a mi lado la próxima vez, eso sí, una cosa debéis agradecerme, bueno, más bien se la debéis agradecer a mi madre: el haberme dado a luz un 30 de abril; día sencillo de memorizar por ser el último de este mes, así, cuando las futures generacioens tengan que estudiar esta fecha para sus exámenes de historia, les será más sencillo recordarla. ;)

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sábado, abril 22, 2006

Bloody bath

Sangre salada, bebida con placer.
Noches largas, mente difusa.
Pensamientos oscuros y vanos,
y, pensando en tí, vuelvo a beber.

¿Sufro porque amo
o amo porque sufro?
Juego con dados negros,
me mira la serpiente,
gana la banca.
Fácil, todo son unos.

Y la noche se vuelve más oscura.
Fiera tormenta en mi alma.
Nubes oscuras se rebaten,
anuncian el comienzo de la lucha.

Lloro y padezco,
siento cuan muerto.
Cadáver pasto de gusanos,
y en el depósito,
frío y acojedor,
lloran su desgracia.

Nunca he sabido medir el tiempo,
vanas e insuficientes agujas,
me atraviesan vertiendo mi sangre,
roja, nunca dulce, no lo entiendo.

Inconcluso,
obra inacabada,
espero mi epílogo.
Quiero una traca,
con mucho sonido,
con poca luz.

El último rayo vuelve a su origen,
tímido, sabiendo que llega tarde,
la oscuridad inunda la sala,
ojos ciegos me miran por siempre.

- As always, c.g.m.


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viernes, abril 21, 2006

Espectáculo circense

Señores y señoras, niños y niñas. Una noche más vuelvo a mis ralladas habituales. Hace unas horas les he ofrecido en exclusiva, el relato titulado Diatopía que, puede haberles gustado o no, pero les garantizo que ha sido escrito con total improvisación, como las buenas obras circenses.

Por ahora, he relegado mi labor como informador de videojuegos a mi querida Media-Vida, aunque de una forma más objetiva y menos paranoica de la que utilizo para expresarme en mi blog, así que les aseguraré que algun día volveré a reflexionar sobre el "apasionante" mundo del ocio digital.

Entre tanto he decidido retornar a mis reflexiones morales y paranoyas mentales dignas de hacer al común de los lectores pensar que mi cerebro debe estar compuesto en un alto porcentaje por queso de gruyère.

Hoy mi intrascendental meditación hace referencia al miedo a los cambios. Nueva ciudad, nuevos ambientes, nuevos amigos, nuevo trabajo, nuevo... lo que sea. En ocasiones es abrumador. Pero lo abrumador de lo nuevo no es la novedad en sí, si no el miedo a que lo más actual pudiera llegar a replazar o hacernos olvidar lo que nos ha acompañado tanto tiempo.

Siempre me he considerado abierto de mente (no de ninguna otra cosa, que se que muchos retorcidos me acechan) y ansioso de conocer cosas nuevas, sin embargo, me gustaría poder abarcar todo y que el conocimiento de lo nuevo no implicara el distanciamiento de lo viejo. Pues tiemblo como un niño ante la idea de que todas las cosas que ahora me son valiosas puedan llegar a dejar de serlo algun día.

Estar en Tokyo, pero a la vez en mi casa, hacer buenos amigos allí, pero que la distancia no me separe nunca de los que, espero, siempre esperen mi retorno. Pero el tiempo pasa, inexorablemente, a veces más rápido de lo que desearíamos, incluso, en ocasiones, queremos decir algo y el tiempo no nos da permiso, demolinedo nuestras palabras antes de que podamos pronunciar la primera letra.

Y me gustaría vivir cada momento que viven mis hermanos pequeños, y a la vez no perder detalle de lo que les sucede a todos mis amigos, y llorar cuando alguien a quien quiera se encuentre mal aunque no me lo haya dicho, en resumen, estar en la mente de todos y cada uno mientras, sentado en la cima de una montaña, contemplo todo lo que me rodea con absoluta serenidad.

Sé que lo que pido no es más que una utopía sólo posible en mi mente, pero, la realidad es tan opuesta a mi utopía, quizás por eso decidí nombrar a esa pequeña serie de relatos que hace poco he iniciado "distopía", más allá de por el contenido de los relatos, si no porque es como siento que me encuentro, en una distopía que jamás seré capaz de transformar. (Y siento si esto parece publicidad subliminal de mi pequeña basura literaria de caracter gratuito).

Que los payasos, trapecistas y domadores se despidan. Por hoy, ha acabado la función.

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jueves, abril 20, 2006

Distopía I

Maldito bullicio. Gente, demasiada gente. ¿Por qué me miran todos? El sol es demasiado fuerte, no puedo... no puedo caminar. Ni pensar, ni hablar, pero tengo que llegar, llegar al final...

- "Mamá, ¿qué le pasa a esa señora?"

Si tan sólo dejaran de mirarme y señalarme para ayudarme... Les odio.

- "Señorita, ¿tiene algún problema?"

¿Por qué se pone este imbécil en medio? Apenas puedo ver su rostro. Maldito sol. Tengo que seguir, no puedo parar...

El ruido del despertador irrumpió con estruendo en el tímpano, el tímpano activó el mecanismo que hizo que el martillo comenzara a golpear sin piedad el yunque transmitiendo a través del oído interno la vibración que llegaría con violencia a las meninges inflamadas por el alcohol.

Tras golpear el despertador el ruido cesó, pero no el sufrimiento, era momento de poner en marcha unos doloridos músculos que se negaban a obedecer. Una ducha, un frugal desayuno, y la calle. El sol brillaba tras unas nubes que conformaban un día gris como tantos otros. Arrastrando los pies puso rumbo a la facultad donde tendría comienzo otro día exactamente igual al anterior.

- "Buenas Joan"
- "Hola" - Respondió desanimadamente al saludo al entrar en clase.

Se dejó caer pesadamente sobre una silla y dispuso algunos folios sobre la mesa, preparado para las agotadoras clases que, ciento ochenta minutos más tarde llegarían a su fin con un incesante martilleo parietal como legado.

La vuelta a casa coincidía con el momento de máximo hervor de la ciudad, la gente corría de un lado a otro, entraba y salía en tiendas y comercios, iba de una oficina a otra, en medio de todo el bullicio destacaba una joven de cabellos castaños que andaba tambaleándose en su misma dirección unos metros por delante.

La gente la miraba, parecía arrastrar aun la noche de juerga del día anterior, era del tipo de chica que, si la hubiera visto la noche anterior no hubiera dudado en intentar atraer su atención inutilmente. Esta se paró repentinamente, un policía acudió a ayudarla y, justo mientras el agente hablaba con ella esta se desvaneció sobre el suelo.

Cuando Joan quiso darse cuenta estaba evitando la segura caída de la joven en frente de la extrañada cara del policía.

- "¿La conoces?"

En ese momento los labios se acercaron al oído susurrando "ayúdame, no me dejes".

- "Ehm... Sí, es mi... hermana. Se encuentra un poco mareada, ya sabe."
- "Está bien, les acercaré a su casa"

¿Por qué había actuado así? Normalmente hubiera dejado a esa chica caer y hubiera seguido su propio camino. Pero esta vez era diferente.
Mientras el coche patrulla les conducía hacia casa miró como la joven dormía con la cabeza reposada sobre su hombro. Cuando el coche detuvo definitivamente su marcha la chica abrió ligeramente los ojos y pronunció unas débiles palabras de agradecimiento.

Tras despedirse del policía y llegar al apartamento la depositó suavemente sobre la cama y se puso a ver la televisión hasta que el sueño pudo con él. Le despertaron unas carcajadas, abrió los ojos y ante él apareció una chica de ojos brillantes de un intenso color castaño acorde con sus cabellos que disfrutaba como una pequeña ante unos ridículos dibujos animados.

- "Hola. Muchas gracias por haberme ayudado."
- "No pasa nada. ¿Cómo te llamas?"
- "María"
- "Bueno María, ¿qué te ha pasado?"
- "Ahora no tengo ganas de hablar de eso, ¿te importaría que me quedara aquí esta noche?"

Le sorprendió esa pregunta. La sonrisa se había desvanecido y ahora María tenía la mirada perdida en el suelo. Varios pensamientos se cruzaron en su mente, pero entonces miró a esa chica, inocente, indefensa, unos dos años más pequeña que él, y sintió que no podía negarse, en realidad, nunca podría negarse a nada que le pidiera ella aunque la acabara de conocer en la más extraña de las circunstancias.

Llegó la noche e insistió en que María durmiera en la cama mientras él dormía en el sofá. Estuvieron un rato viendo la tele, ella parecía pasárselo pipa frente a la pantalla, él, sin embargo, no podía dejar de mirarla sin atreverse a decir ni a hacer nada. Sin embargo, cuando acabó el programa que estaban viendo ella se levantó repentinamente y, tras besarle suavemente y darle un abrazo le miró a los ojos y, con una sonrisa, volvió a darle las gracias.

Poco más tarde él se dormiría pensando en ella y en la utópica e imposible historia que estaba viviendo hasta que se quedó dormido con la televisión aun encendida.

Inútil, patético y débil. Como tantos otros. Inutilmente piensa en que el día en que por fin será feliz está cerca, iluso, la felicidad no existe.

Despertó con el ruido de unos cristales rotos, salió corriendo hacia el dormitorio y se encontró la cama vacía y la ventana reventada hacia afuera completamente. En ese momento oyó un ruido tras de sí, cuando se dió la vuelta sintió un intenso dolor en la parte posterior de la cabeza que incluso le llegaba a arder justo un momento antes de sumirse en la más absoluta oscuridad.

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miércoles, abril 19, 2006

El buen jugón

Bien, ya tengo el Oblivion, lo cual produjo en mí una etapa de atrapamiento que se vio seguida de las vacaciones en las que ahora me encuentro y que comenzaron con un énfasis de actividades de ocio que ahora se han visto reducidas debido a que mis compañeros de actividades festivas han vuelto ya a la rutina y yo no.

Esto me ha dado tiempo para que hoy haya mejorado mi habilidad de zapping y haya podido seguir el "interesante" debate de La 2 sobre videojuegos a la vez que veía House (loado sea), también me ha permitido escribir lo que estas leyendo y espero que mañana mi exceso de tiempo libre me permita escribir un relato (primicia) que publicaré en mi blog (sí, este blog).

Para empezar decir que aquel que posea un PC capaz de mover el Oblivion y no haya jugado, lo esté jugando ni tenga planeado jugarlo, debe ser considerado a partir de ahora un neófito en todo lo relacionado a los videojuegos. Dicha afirmación la aplico también para otro de mis juegos completados hace poco: FEAR, un genial juego de acción en primera persona que convina ciencia-ficción y elementos de terror psicológico al más puro estilo The Ring.

Dicho esto comentar el debate de esta noche: más de lo mismo pero más moderado. Fin.

¿Esperabas algo más? Bueno, vale.
Estaba el tío de Pyro que, como vive de los videojuegos, decía que los videojuegos son la caña de españa y que la piratería es algo mucho peor que los videojuegos.
Estaba el tío de Hobby diciendo que los usuarios de los videojuegos estamos discriminados por los medios de comunicación de masas y que se debería dejar de demonizar a los videojuegos, incluso nombró al conocido amigo de la katana.
También había un gaditano que era profesor de Nuevas Tecnologías que no dejaba de decir incoherencias y contradecirse.
Una pedagoga progre empeñada en que los niños para aprender tienen que jugar mucho y que los videojuegos son el mejor medio.
Andaba por allí un psiquiatra diciendo que los videojuegos sí generaban adicción pero al igual que cualquier otra actividad como, por ejemplo, la lectura.
Y por último la presentadora-de-andar-por-casa que dijo "pero también hay otros videojuegos ¿no? como los de ajedrez u otros juegos de mesa", alucinante.

Conclusión extraida del debate: los videojuegos no son malos, no dejan de ser una forma de ocio más como el cine o la televisión (bueno vale, mejor que la televisión) pero que se han de tomar con precaución; en el caso de los niños limitarlos y que los padres controlen los edades.

En mi opinión, quien no supiera esto ya a estas alturas debería ser considerado analfabeto funcional.

Para terminar daré unos consejos para ser un jugón responsable:
1) No dejar tu vida social de lado por los videojuegos. Disfrutar de estos en tu tiempo libre, preferiblemente el que si no emplearías para la televisión.
2) No jugar a juegos violentos si tienes transtornos mentales, al igual que no deberías estar cerca de objetos cortantes y/o punzantes.
3) No aporrear el teclado/ratón/joypad cuando un videojuego te frustre, habla con tu ordenador/consola en un tono amable para descargar fustraciones. Es tu amigo.
4) Si eres un menor dejar que tus padres supervisen tu juego. Si eres un padre supervisar a tus hijos. Jugad juntos toda la familia, así recuperaremos el modelo unifamiliar decente proclamado por la Iglesia. Bueno si tus padres son del mismo sexo será contraproducente, asi que no se... (Nota personal: No debería seguir escuchando a Federico)
5) Jugar con amigos siempre que tengas oportunidad (con oportunidad me refiero a que tengas una consola con varios mandos, no a que no tengas amigos, si no los tienes BUSCALOS). No aporrear a tus amigos en caso de frustración, aplica lo ya citado en el punto 3 pero cuando tus amigos no estén.

Siguiendo estos sencillos consejos llegará a ser un consumidor de videojuegos sano y respetable pero, recuerde, la piratería es de comunistas.

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