Se da por clausurado finalmente el lunes. Día de horario tranquilo, como han de ser los regresos, tranquilos y escalonados. Bien lo dicen las campañas de la DGT. Es curioso como durante el día se me ocurren cientos de cosas para contar en este blog pero, a la hora de la verdad, todas han quedado olvidadas en ese recóndito y oscuro órgano llamado cerebro. Lleno de las cosas más bellas y, a la vez, de las cosas más horribles.
Puesto que el cerebro viene a ser el reflejo de la vida de las personas o, más bien, al revés, y, siendo mi vida un completo y desastroso desorden, mi cerebro no iba a ser menos y, si de una habitación se tratara, sería una de esas bibliotecas abandonadas en la que los libros se pudren, las hojas se acumulan en el suelo y los libros yacen por todos lados menos en sus respectivas estanterías. Las pocas ideas que tengo claras, suelen ser equivocadas, así que no me molesta que vaguen en completo desorden de neurona en neurona.
Concluyendo de esta inútil perorata que no tengo ni idea de sobre qué escribir hoy (podría daros un discurso de varios párrafos sobre mi desordenado cerebro, pero eso lo dejaré para otro día) os voy a copiar un texto que he encontrado rodando por Internet, concretamente en Media-Vida
Follar es una satisfacción que mi cuerpo y mi cerebro necesitan, como comer, como fumar... Necesito follar porque me parece el único acto sensato de protesta en este asqueroso mundo. Necesito follar porque es la única forma que existe de establecer una comunicación sensorial completa con el mundo.Necesito follar, porque el cuerpo no obtiene placer de otra forma más que a través del sexo.
Porque el cuerpo necesita caricias, necesita sentir otra piel próxima. Mi cuerpo lo necesita. Necesito follar porque es la única verdad de este mundo asqueroso dominado por una moral repugnante que no considera obscena la última película de Mel Gibson en la que sólo hay sufrimiento y dolor, y sí considera obsceno ver cómo Linda Lovelace se traga la inmensa polla de Harry Reems. Necesito follar porque el sexo es amor.
Necesito follar, porque la vida se acaba, el tiempo se nos agota y no hemos hecho nada significativo por nadie, ni siquiera por nosotros mismos. Me gusta follar porque me gusta mi cuerpo y me gusta el cuerpo de los demás. Me gusta follar porque me gusta la intimidad que dan unas sábanas, un lámpara a media luz.
Me gusta follar porque cuando se folla casi todo lo que se dice es bonito. Me gusta follar porque no hay ningún acto más puro que follar, por eso se le desprecia tanto. Follar da libertad, despierta la imaginación. Follar con alguien que te guste de verdad, follar con pasión, es como comer en un restaurante de algún chef prodigioso, es como beber un Chateau Rotschild del 64, es como fumar un Montecristo en una playa al anochecer.
La vida real es pura literatura, personajes de ficción viviendo vidas de ficción y manteniendo conversaciones que creemos trascendentes. Oigo eso de la belleza interior, y me lo dicen personas aparentemente muy juiciosas que jamás se follarían a personas feas o minusválidas. Oigo esa tontería de que hay más cosas como la música, el cine, un atardecer....y digo sí, pero son experiencias personales, intransferibles, no es posible compartirlas con nadie.
Puedes estar al lado de una persona disfrutando una bellísima puesta de sol, y sin embargo no saber qué está apreciando la otra persona, suponer que el que está a tu lado ve lo mismo que ves tú. Todo eso no son más que palabras, hechos absurdos. Me encanta el arte pero también me gusta la biología molecular, la literatura, las matemáticas, la pornografía y la nouvelle vague. Y sobre todo, y por encima de todo, me encanta follar.
A primera vista mucha gente estará de acuerdo con este texto, por no decir todo el mundo, pero como yo soy tan subnormal (viéndolo por el lado pesimista) o tan buen crítico (por el optimista, y aquí solo me insulto o me echo flores yo), me dispondré a poner unas cuantas pegas este texto tan
hippy.
En primer lugar: el mundo no es asqueroso. Si necesitas follar tanto como comer es porque eres adicto o adicta, no busques ese acto como protesta contra el mundo. El mundo no puede ser asqueroso por la sencilla razón de que decir que lo es viene a ser valorarlo, normalmente para valorar algo se necesita una referencia (una comida sabe mal porque hay otras que saben mejor), partiendo de que el único mundo conocido por todos los que estáis leyendo estas líneas es el presente, no se le puede tachar de asqueroso. Un mundo sin guerras ni hambre existe tan sólo en vuestra imaginación (a parte de en el entorno de la mayoría, no se a que vienen tantas quejas) por lo que no podéis saber como sería un mundo así.
A continuación comenta las razones por las que al autor o autora le gusta follar, algo totalmente respetable pues es opinión de cada uno, además, seguramente muchos, por no decir todos, de los lectores de estas líneas disfruten con un buen polvo, así que para que andarnos con rodeos.
Después cito una frase que me impacta de sobremanera:
Oigo eso de la belleza interior, y me lo dicen personas aparentemente muy juiciosas que jamás se follarían a personas feas o minusválidas. Vale, llamemos hipócritas a aquellos que buscan la belleza interior y no se follarían a un minusválido... ¿Qué clase de mente enferma puede pensar eso? Claro que existe la belleza interior, hay personas con un gran corazón, un gran sentido de la responsabilidad, un gran amor hacia el prójimo. ¿Pero acaso el amor se demuestra tan solo follando? Por todos es sabido que existe el sexo sin amor. Este texto parece cribar con la misma malla sexo y amor, cuando no son comparables. Tu puedes querer mucho a una persona fea o minusválida, pero no desear sexo con ella, es más, quisiera ver que diría quien escribió este texto si yo tuviera una amiga minusválida que me cae genial y me parece una fantástica persona por como intenta superarse a pesar de su minusvalía, y luego me la follase como si de un animal se tratase. Obviamente me tacharía de enfermo. Y espero que así lo hiciese. Una cosa es el sexo y otra el amor, pueden ir juntos pero no revueltos.
Por último esta persona retrata el sexo como la única manera de ver algo de la misma manera que otra persona. El colmo. Ahora me dirán que cuando dos personas echan un polvo sienten lo mismo y tienen una fusión mística y espiritual. Por todos es sabido que hay personas que disfrutan más de un polvo y personas que lo hacen menos (normalmente la mujer dicen los cánones). Vale que es una experiencia extremadamente placentera, pero el que haya llegado al nirvana follando y haya empezado a levitar que me mande una foto porque no me lo creo.
En resumen, que es cierto que el sexo es una práctica placentera y que quizás haya excesivos tabúes. Aunque algunos crean esta crítica detractora y digna de un miembro del Opus, los que me conozcan mejor saben como soy y como pienso y que en ningún momento me alistaría entre los seguidores de Monseñor Escrivá de Balaguer. Las ETS están ahí, al igual que está ahí la desvalorización del acto sexual, el excesivo libertinaje, menospreciar a la persona frente al acto y al placer, y la cada vez más frecuente adicción al sexo considerada una enfermedad tratable en su diván más cercano. Este texto puede parecer genial a primera vista, pero tiene sus errores, filosofía de hippy trasnochado en una noche de exceso de psicotrópicos (vale que la mierda que yo escribo no es mucho mejor).
Bueno, espero que hayan disfrutado y aprendido con la lectura de hoy. Pueden estar de acuerdo o no, para eso dejo los comentarios disponibles a cualquier lector crítico interesado en criticarme.
Ah, por cierto, se me olvidaba, les dejo con las últimas fotos de la cafetera de
ysah que tan generosamente me prestó en exclusiva. Que la disfruten.
Por último os dejo con el chiste del día patrocinado por
Billa:
- **Toc toc**
- ¿Quién es?
- Vete a tomar por culo.
No intenten entenderlo. Es Billa.
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