martes, agosto 01, 2006

Volver a ver la verdad

Sentado sobre un amargo reguero de desdicha, contemplando su inevitable fluir hacia el vacío, espero. Cierro los ojos e ignoro el incesante y lento goteo que me recuerda la realidad, vuelvo a la ficción, vuelvo a soñar.

El ritmo en mi corazón, perdiendo el sentido del tiempo, de la existencia. Incapaz de pensar, exiliada la razón, todo es simple, claro y puro. Manantial de dicha que aparece inagotable ante los brillantes ojos del fiel acólito.

Un desesperado grito de lujuria devuelve al títere vapuleado hacia la concupiscencia. Ángeles de alas negras, teñidos en sangrientas túnicas, desesperados en descendente verticalidad. Vertida toda la esperanza, infames sueños de mejores tiempos, las manecillas marcan el momento y el lugar de volver a levantar los párpados.

Negras pupilas se contraen rápidas mas un relámpago consigue alcanzar el alma, consigue resentir el ojo, hace escapar una lágrima. Ya es tarde, siempre fue tarde. Arrancando largas tiras de cinta adhesiva en mis ojos, intento desprenderme del pasado, mirar una realidad renovada pero oscura. Limpia realidad carente de calor.

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